Afiche oficial del evento y magnífica gráfica del taller con niños y niñas en el Parque central de Santander
La
persistencia y capacidad de influir en sectores de la sociedad son
requisitos para llevar a buen término una oferta cultural. Es el caso de
la gestora y Comunicadora Yazmín Muñoz Cárdenas y Elkin Yamith Burbano
de la Librería Lámpara Maravillosa de
Santander de Quilichao en el Departamento del Cauca. Se pusieron harto
atrevidos en la propuesta de realizar la Primera Feria Internacional del
Libro en esta ciudad del norte de Popayán en época de pleno paro
indígena y afrodescendiente que puso en jaque el tránsito de vehículos
en el sur del país.
Casi
exenta de presupuesto comenzó esta versión de la Primera Feria del 1 al
6 de noviembre de 2017. Del propio bolsillo de los organizadores y de
pequeños auxilios de particulares se financió su desarrollo. Con dos
talleres de Escritura con ejercicios a 60 estudiantes animosos en las
sedes de colegios… Fernández Guerra y una conferencia sobre la vida y
obra del escritor vallecaucano Jorge Isaacs para conmemorar el 150
aniversario de la publicación de su novela María.
Mujeres
poetas y escritores locales, de Bogotá y Cali acudieron a poner el
hombro en esta quijotesca gesta cultural. Participaron también Librerías
como Larousse con un stand para mostrar las últimas publicaciones.
La
poeta María Teresa Casas dirigió el sábado dos conversatorios con
mujeres Paeces y Nasas de Jambaló y que tituló con una nueva palabra
castellana “La coherencia y las Ancestrías caucanas” y “La Escritura de la mujer caucana en el siglo XIX: el Género epistolar”.
Un
Recital para un público mermado por el paro en el Departamento en el
Parque Bolívar que ya el lunes llegó a su término, cerró esta Primera
Feria Internacional del Libro en el norte del Cauca.
El
balance de esta Primera versión de la Feria es alentador. Hubo
movimiento de la Cultura en Santander de Quilichao, llegó su irradiación
a sectores como la mujer, los niños, los estudiantes y la ciudadanía,
en general. Podría haber participado más la ciudad si el paro justo de
los sectores indígenas y afrodescendientes no hubiera alterado un poco
la afluencia de libreros e invitados de otros municipios, como Popayán.
Esa era la principal preocupación y problema. No la Feria.
Santander de Quilichao quedó tocado,
como se dice cuando algo conmueve en el interior, en el alma. Para años
siguientes las emociones serán más fuertes y la preparación más
exquisita. La programación cuidadosa, la información más oportuna y
convincente y la llegada a los oídos calará y los escenarios se verán
repletos.
Tanto hay que aprender, tanto hay que ver y caminar para llegar a donde quisiéramos estar y no lo pudimos…
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