domingo, 6 de noviembre de 2016

Las Brujas - Doly Enriquez

Doly Enriquez
31 de Octubre del 2016


Las Brujas
Las brujas no eran personas malas y feas, como las ha descrito el mundo patriarcal, sino mujeres generadoras de un conocimiento específico. En el medievo, cuando predominaba un modelo social masculino, el saber de las brujas fue considerado amenazante, por lo que fue perseguido y destruido junto con ellas en las hogueras.
En el libro El retorno de las brujas, la filósofa Norma Blázquez Graf, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), especialista en ciencia y género, explica que, aunque la población femenina no tuvo acceso a la educación superior hasta el periodo transitorio del siglo XIX al XX, siempre ha generado conocimiento. Pone de ejemplo el saber de las brujas en la Europa de los siglos XIV al XVII y lo aterriza en un mundo contemporáneo, en el que la progresiva incorporación de las mujeres a la ciencia ha modificado las estructuras de las instituciones y el proceso creativo del conocimiento. Parteras, alquimistas…
Las brujas eran parteras, alquimistas, perfumistas, nodrizas o cocineras que tenían conocimiento en campos como la anatomía, la botánica, la sexualidad, el amor o la reproducción, y que prestaban un importante servicio a la comunidad. Conocían mucho de plantas, animales y minerales, y creaban recetas para curar, lo cual fue interpretado por los grupos dominantes del medioevo como un poder del Diablo.
Las elites eclesiásticas, políticas y económicas, que se consolidaban en aquellos tiempos, comenzaron a desarrollar un modelo social muy masculino y consideraban que el saber que las mujeres tenían, especialmente en sexualidad y reproducción, representaba una amenaza.
El conocimiento de las brujas implicaba la posibilidad de ejercer una sexualidad más libre, lo cual ponía en riesgo la hegemonía masculina y, por ello, los hombres expropiaron su conocimiento y las aniquilaron en las hogueras. Asimismo, la mayoría de estas mujeres vivían solas, en casas en el bosque, independientes, generaban sus propios ingresos y esto provocaba mucha desconfianza.
Las mujeres han generado conocimiento desde hace mucho tiempo y porque, además, no se puede considerar científico un conocimiento hasta la institucionalización de la ciencia en el siglo XIX, cuando ya se empezó a enseñar en las universidades. Sin embargo, en ese momento las mujeres no tenían permitido estudiar en las universidades y continuaban con la tradición de ilustrarse en los conventos, en los salones de té o en sus hogares, con el padre o el esposo. Luego, de manera gradual, la mujer se fue incorporando a la educación media y superior en áreas como enseñanza, enfermería o farmacéutica. Hasta llegar a la década de los 90 del siglo pasado, en que 50 por ciento de los universitarios ya eran mujeres.

“Quien genera el conocimiento es una persona que tiene estereotipos y prejuicios y, por lo tanto, sus preguntas e interpretaciones científicas dependen de su Género, así como de su contexto social, histórico, cultural y político”, dice Norma Blazquez, quien señala que para el conocimiento científico eso no cuenta, pero las epistemólogas feministas dicen que hay que incorporar la intuición porque sí cuenta, sobre todo en las ciencias sociales, en las que el objeto de estudio no son cuestiones materiales, sino personas.


POEMAS EMBRUJADOS
La Jagua, pueblito cerca a Garzón –Huila
. Donde  cuentan la historia de la bruja del chairá-casa del
artista escultor, Emiiro Garzón).
1 campanada
Mujer, tallada en embrujo, te bañas en
menjurges de semen y canela
empavonas tu blanca piel.

Danza entre carbones de corazones encendidos
y te elevas al tálamo
donde el ansioso amante espera,
le muerdes el óvulo de la oreja,
deliciosamente le apagas el
candil a la luna,
y a él le dices
-mañana vendre otra vez a buscarte.-

"Helga" Gloria Ogonaga.
Fuente:
https://vademedium.wordpress.com/2015/01/09/





No hay comentarios:

Publicar un comentario